El viernes por la tarde no teníamos nada que hacer así que nos toco subir a una pequeña explanada cerca de Bilbao que es perfecta como circuito de entrenamiento off-road. Me lo enseñó Mikel, por supuesto, la única persona que, teniendo mal el brazo, se le ocurre venirse a enseñarle a conducir a Gosia, en pantalones blancos.
Así aprovecharíamos para que Gosia siguiese probando la moto, a salir sin que se le calase y girar y frenar. Y yo, por mi parte, probar algunos saltos, derrapajes y tratar de hacer caballitos. Menos lo último, conseguí hacer más o menos bien, todo. ;)
Y es que, al final, es mejor aprender estas cosas en un entorno controlado y seguro, en vez de en carretera o monte abierto donde, además de a ti mismo, puedes poner en peligro a otras personas.
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