Cruzar Eurasia en Autostop (IV. Parte - Krynica Zdroj - Bilbao)

Tras cruzar la frontera y entrar en la Comunidad Europea, nos comemos una pizza. Ya no es una cosa muy polaca que digamos pero llena la panza. Y seguimos andando hasta la carretera general donde nos van recogiendo diferentes conductores y, por primera vez, una conductora que va sola. Hay que venir a Polonia para encontrar a mujeres con ovarios y que no tienen prejuicios de los autoestopistas. Bueno, una vez dentro, nos admite que nos ha recogido porque somos una pareja, sin embargo, si viajase yo solo, no habría parado.


Nos recoge una furgoneta grande, es un microbús que hace la ruta Varsovia-Vienna. Pero el conductor, siempre que tiene sitio recoge autoestopistas, pese a que tenga clientes dentro. La gente no lo ve mal, y nosotros vamos contándole nuestro viaje a él, mientras el nos cuenta las aventuras de otras personas que recogió anteriormente. Él nos deja en la salida de la autopista hacia Nowy-Sacs (o como se pronuncia Nobi Sons). Ahí nos recoge un tipo majísimo que nos lleva hasta esa ciudad y, tras andar una rato, a ultima hora de la tarde, nos recoge una familia con un bebé recién nacido. Realmente, parece que en Polonia hay mucha cultura de autoestop. La gente ni se plantea que podamos querer hacer algo al niño o a ellos mismos.


Llegamos a Krynica-Zdroj (11.200 habitantes) para la cena a casa de "la Matsuha", es como Gosia le llama afectívamente a su madre. besos para todos, duchita y cenita rica. Hay que ver lo bien que cocina esta mujer. Y, por fin, pillamos la cama. ¿Conseguiremos descansar finalmente y recuperar fuerzas para seguir el viaje?

A la mañana siguiente hemos decidido tomárnoslo de tranquil, pero al de poco, Rudi, un amigo de Gosia, ya se ha enterado de que ella ha vuelto, se acerca a casa, nos dice que preparemos un traje de baño y una toalla que se pasa ahora con el coche a recogernos. Viene con Natalka, la novia de otro de la cuadrilla. Así que nos vamos los cuatro a tomar unas cervecitas y darnos un baño a un precioso lago de la zona.





Ya por la noche tienen también preparada una hoguera, unas cervezas más y reencuentro con más gente de su cuadrilla. Además, yo he contactado con una couchsurfer del pueblo y la invitamos a venir con nosotros. Los amigos de Gosia, como siempre, una gente sencilla, divertida y genial. Por su parte, Ola, la couchsurfer que he invitado, resulta ser conocida de Gosia también, de cuando iban a la escuela. Es lo que tienen los pueblos: que todos se conocen. Es una chica joven, viajera también, bastante culo inquieto, con muchas historias y con puntos de vista muy interesantes.




Al día siguiente tenemos que ir a Cracovia, yo he estado varias veces y Gosia ha vivido allí, muchos años, así que no venimos a hacer turismo. Tenemos que hacer algunos papeles con la hermana de Gosia, hemos quedado a la tarde con Txarek, otro amigo de Gosia y el que nos ha hecho la página web del Transsiberian Project. Aprovechamos el estar en Cracovia para ir a comer a "Babcha Malina" (la Abuela Frambuesa), un restaurante de comida tradicional que está genial de precio e impresionante de calidad y sabor.



De noche otra hoguera con cervezas, es la tónica general entre los jóvenes de estos pueblos de las montañas de Polonia en verano. Así que yo sigo las costumbres locales.

A la mañana siguiente nos vamos a una de las bibliotecas municipales de Krynica-Zdroj, nos han pedido que expliquemos algo sobre la Cultura Española y sobre Euskal Herria, ya que nosotros vivimos allí. Aprovechamos, de paso, para realizar la prueba de esta semana enviada por Malevolo, la tienda que nos ha prestado el material fotográfico, y bailamos con niños y niñas polacos.



Comida con la familia al completo al medio día y volvemos para Cracovia, esta noche nos toca fiesta con Txarek y sus amigos por allí y mañana seguimos haciendo autoestop.


Hoy vamos a hacer autoestop hasta Berlin (3 millones de habitantes), son unos 600 kilometros, que en principio no es nada que no hayamos hecho ya. Sin embargo y, pese a que no hay fronteras  hoy en día en Europa, la gente las debe seguir teniendo en sus mentes. Cuanto más nos acercamos a la frontera más difícil nos resulta que nos lleven. Llegamos tarde a casa de Mike. Me fastidia porque han tenido un hijo pequeño hace poco y no quería molestar ni despertarlo. Mike es otro couchsurfer que conocí en Bilbao mientras estaba viajando con su moto hacia Marruecos hace unos años y que luego, este año pasado, le visité en Berlin cuando estuve haciendo un Sócrates en Leipzig.


Al día siguiente nos llevan a dar un paseo por el centro para que Gosia lo vea un poco. De todas formas tendremos que volver otra vez con más tiempo para descubrirlo, porque un día no es suficiente para esta ciudad. La verdad es que tampoco pretendíamos que lo fuera, nuestra idea era visitar a Mike. Nos sentimos en nuestra propia casa con ellos.


De ahí vamos a Amsterdam (760.000 habitantes), es otra etapa larga de algo más de 600 kilómetros en autoestop. Gosia tiene muchas ganas de verlo, así que se lo regalamos por su cumpleaños. Es lo que tiene que el cumpleaños de una caiga en Agosto, puedes celebrarlo o regalarte por tu cumple destinos de todas clases. Esta etapa, aunque confiábamos en las buenas carreteras alemanas y, pese a que nos han recogido muy rápido, otro padre polaco con sus dos hijas de regreso a Londres donde viven. Sin embargo, nos ha pillado un grandísimo accidente que ha formado unas retenciones kilométricas que nos retrasan muchísimo. Y, para colmo, en la gasolinera donde nos deja, se nos pone a llover, lo que dificulta que alguien nos recoja. Al final, un chico bielorruso que traía dos autoestopistas y los había dejado ahí porque iban en otra dirección, acepta recogernos a nosotros. Finalmente en casa de Denis en Amsterdam.

A la mañana siguiente nos han recomendado que vayamos al free-tour por Amsterdam, así que vamos a ver que nos cuentan. Nos sumamos a uno de los guías que hace la visita en castellano, es un gallego, pero gallego gallego, de Galicia. Jajajajaja.... Empieza bien. nos cuenta un montón de cosas y realmente resulta muy interesante. Si no tienes mucho tiempo para conocer cosas de Amsterdam, pues al medio día marchamos para Rotterdam, es una estupenda forma de conocer muchas cosas curiosas de la ciudad en una mañana.





Para ir a Rotterdam (617.000 habitantes), vamos a al cruce que recomienda hitchwiki ponemos a hacer autoestop con el cartel y nos pitan desde detrás. Nos han recogido en menos de 20 segundos. Un médico cirujano que va al hospital de una ciudad cercana a hacer una intervención. Nos deja en la gasolinera más cercana al hospital sin salir de la autopista. Y en dos minutos más preguntando a gente, un señor acepta a llevarnos en un cochazo. Hablando hablando, resulta que es el dueño de un par de empresas de Project Management. Vamos que no vive mal. llegamos muy rápido, tanto que nos toca esperar a que Anne nuestro host salga del trabajo. nos prepara unos estupendos burritos y nos lleva a dar un paseo y a tomar una cervecita en una terraza.

Anne se dedica a la nanorobotica, es ingeniero, y el tema nos da para mucho cachondeo y debate: ¿nos hacen falta drones o no? Nosotros defendemos que no, ¿él? todo lo contrario...




Al día siguiente nos damos un paseo por Rotterdam después de desayunar con Anne cerca de su trabajo, es una ciudad moderna con multitud de edificios extraños, bonita y fácil de andar. De hecho, de no ser porque el viaje nos tiene extenuados podríamos haber visto andando muchas más cosas.





Esa noche nos juntamos con otro couchsurfer Alemán que cumple los años justamente el mismo día que Gosia, así que nos vamos a celebrarlo con unas cervezas.



Al día siguiente, volvemos estar al borde de la carretera, pulgar en alto y con fuerzas y ganas de volver hacer autoestop. Vamos a ir hasta Gante (250.000 habitantes), en Bélgica, a visitar a unos de los primeros couchsurfers que alojé cuando empecé en esta página. Él se llama Johannes, es escritor y aprendió castellano viajando por España y Argentina. Vamos a pasar 4 días allí.

Nada más llegar Johannes nos lleva a dar un paseo por toda la ciudad, vemos los graffitis de los artistas callejeros de Gante, las zonas más turísticas, las callejas de la zona vieja y algunos locales culturales de lo más interesantes. Como no, paramos a probar la cerveza local, el problema es que la cartas tan extensa y los precios tan elevados que tenemos que reducir la cata al mínimo, estamos al final del viaje y no es cuestión de derrochar.











A la mañana siguiente aprovechamos para hacer la compra para toda la semana e ir a la lavandería, Gosia sostiene que es de los mejores sitios para ligar, nosotros no tenemos tanta suerte. Por la tarde, Johannes nos lleva al lago, tomamos el sol y algunos osados se bañan y todo. Demasiada buena agua tenemos donde vivimos como para meterme en pocilgas... ;)

Al viaje le van quedando pocos kilómetros, ya estamos a tan solo 1000 de casa. Vamos a hacer autoestop hasta Orleans primero, ver esa pequeña y bonita ciudad y de ahí a Burdeos (Bordeaux). Ayyy, que poquito nos queda.

Bueno, por fin una etapa corta, tan solo 422 kilómetros mayormente por carreteras Francesas. Primero nos recogen unos inmigrantes argelinos que nos llevan hasta poco antes de París, de ahí una familia de Euskadi, a la que reconocemos al nombrar a Eneko su hijo, nos aceptan en el coche y nos meten hasta el centro de Orleans, donde ellos habían estado hacia unos días y conocían. Allí nos quedamos en casa de Tania, es bastante nueva en couchsurfing, pero en seguida nos hace sentir cómodos, como en casa.








Vemos la ciudad mientras trabaja y, después, junto a una amiga suya también couchsurfer, vamos a tomar unos cócteles y cervezas curiosas a un barecillo del casco antiguo.

Al dia siguiente, hacemos autoestop hasta Burdeos (230.000 habitantes), otros 460 kilómetros, vamos a reencontrarnos con otro couchsurfer que estuvo en casa mientras yo estaba en Alemania el noviembre pasado y, luego, fuimos a visitarlo en una quedada de couchsurfing. Ahora que ha vuelto de Sudan del Sur donde ha estado trabajando en allí con una ONG sobre el terreno, como ingeniero hidráulico, nos va a acoger y despedir con nosotros este hermoso e intenso viaje.

Según llegamos, nos vamos a dar un paseo por Burdeos y luego con otros couhsurfers a un festival de música. La verdad es que el cansancio no nos deja disfrutarlo mucho, son dos meses non-stop y tenemos que volvernos a casa a dormir antes de lo que esperábamos.

Al día siguiente Laurent nos lleva  a al Dune du Pilat, una hora en coche y otra media andando... Ya estamos arriba disfrutando de las hermosas vistas. Gosia aprende a volar una cometa, nos damos un baño y nos toca ir a casa  preparar la parrillada. Vamos a despedir este viaje comiendo y bebiendo, como siempre se hace en nuestras respectivas tierras.








Ultima etapa de autoestop para terminar de cruzar Eurasia. Miramos atrás y recordamos que este proyecto empezó con el propósito de cruzar Rusia en autoestop en dos meses. Pero el hecho de que nos haya cambiado el viaje, no ha sido para nada triste, sin poder hacer lo que queríamos  hemos hecho un aventurón! Y, dicho sea de paso, todavía nos quedan 340 kilómetros para llegar a casa, los que separan Burdeos de Bibao y que hablando la noche anterior con mi madre me preguntaba que a qué hora cogeríamos el autobús... Sí hombre, me he cruzado dos continentes en autoestop, para llegar a casa ahora en autobús ¡¡¡ni de coña!!!!

Así que al medio día, pensando que lo que nos queda es fácil, salimos hacia Bilbao. Desde la primera gasolinera nos cuesta al rededor de una hora que nos recojan. Es una chica jóven que vuelve de haber estado de fin de semana en Burdeos.



Nos lleva unos cuantos kilómetros hasta otra gasolinera, donde preguntamos a otra chica que acaba de arrancar, y también nos recoge, hasta cerca de Bayonne. Ahí nos estancamos. Dos horas hablando en castellano con Españoles y con otra gente con matriculas de Donostia, o con ikurrinas en el coche, pero, nadie es de allí o "tienen el coche lleno" (yendo una persona). Los cojones: lo que pasa es que no nos quieren llevar y punto. Que lejos está ahora la cultura acogedora del este y cuanto se echa de menos cuando llevas dos horas esperando a alguien y, hay que ver lo desesperante que es hacer autoestop cuando te entienden y ves que te están dando escusas malísimas o mintiendo sin ninguna elegancia.Que nos tenga que pasar esto a las puertas de casa...


Al final encontramos un loco inglés, camionero, pero camionero de camiones gigantes de esos de macro-obras y minas. Se va a Andalucía a fumar porros, beber y tocar la guitarra. Como tiene que ser: a Andalucía a relajarse. Nos acerca hasta la siguiente gasolinera después de Donostia y, ahí, nada más despedirnos, le preguntamos a una chabala en euskera, Bilbora zoazte? (Vais a Bilbao?) efectivamente, 0 segundos de espera haciendo autoestop, nuevo record, se van al festival de música que hay este fin de semana. Así que nos metemos en el coche, trata de arrancarlo y.... ¡¡¡trata de arrancarlo por dios, trata de arrancarlo!!!! nada, todos a bajo y a empujar que falla la batería... Un hora y media después estamos en casa...




Recopilación (3 minutos):

GRACIAS
¡¡¡¡Hasta la próxima!!!!

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